LeBlanc tiene algunos problemas que definitivamente queremos abordar en algún momento. En su actualización del año pasado, resolvimos algunos de los problemas que sufría, pero creamos otros nuevos en el proceso.

Recientemente nos dimos el tiempo para probar algunas variaciones de habilidades nuevas para su conjunto. Aunque muchas eran interesantes, no sentimos que esos cambios resolvían sus problemas para dejar satisfechos a ambos bandos de jugadores de LeBlanc (los que prefieren la versión anterior y los que prefieren la nueva). Si vamos a actualizar a LeBlanc otra vez, debemos estar seguros de que le demos al clavo completamente, en vez de crear un nuevo grupo de jugadores que ahora prefieran la versión más reciente de LeBlanc.

Como no hemos encontrado nada que nos convenza todavía, optamos por pausar las exploraciones de nuevas actualizaciones de LeBlanc por ahora para concentrarnos en los sistemas y campeones que necesitan atención más urgente (es decir, las Runas Reforjadas y su continuidad). Por el momento, vamos a probar algunos ajustes para que LeBlanc sea una mezcla de antes y después de su actualización hasta que volvamos a tener tiempo para explorar su conjunto a profundidad nuevamente.

En resumen: A quién (o a qué) le reza una persona en Runaterra depende en su totalidad de quién sea y dónde se encuentre.

Runaterra es tan compleja y diversa como nuestro propio mundo, con un montón de creencias, religiones y filosofías. A diferencia de nuestro mundo, no hay religiones individuales organizadas que dominen globalmente. Nuestro equipo de creación de mundos ha estado trabajando en las diferentes facciones y civilizaciones que pueden encontrarse en Runaterra, y esto incluye explorar la cosmología y religión de estas facciones. Conforme publiquemos más historias y narrativa (como nuestros cómics), seguiremos explorando estas facciones y sus características individuales, entre ellas la filosofía y la religión.

El reto es que las religiones, en un nivel fundamental, se desarrollan de una manera completamente diferente en Runaterra. Imagina un lugar en el que las preguntas clásicas de nuestro mundo, como ”¿existe un dios (o dioses)?”, ”¿qué es lo que quiere dios o los dioses?”, ”¿existe la vida después de la muerte?” son completamente redundantes. En Runaterra, la presencia de poderes superiores es visible e indiscutible. Existen individuos con poderes divinos que recorren el mundo y los efectos del poder mágico y celestial pueden verse en el propio paisaje. Desde el portal celestial en la cima del Monte Targón, el vasto disco solar en Shurima y hasta los restos consumidos por el Vacío de Icathia… 

En un mundo así, las religiones se centran mucho más en entender la voluntad e intenciones de esos poderes, de comunicarse con ellos, adorarlos y cumplir cualquier pacto que exija ese poder. La complejidad viene de la delgada línea entre los dioses (como nosotros los comprenderíamos) y los seres poderosos que poseen poderes extraordinarios, pero no un dominio total sobre las fuerzas del universo. En cierto sentido, al menos en el nivel local, probablemente sea lo mejor adorar al ser o entidad celestial que esté presente en el momento. Hacerles ofrendas, ganarse sus favores y hacerles peticiones. En otros casos, sería mejor buscar un poder más grande para salvarse de esos mismos seres.

Como en la antigua Grecia, el asunto no es creer en los dioses, sino tratar con la amplia variedad y formas que tienen, descubrir cuáles son benévolos o malignos y conocer la compleja jerarquía de héroes, semidioses, titanes y deidades.

Lo que ciertamente es universal para todas las religiones en Runaterra es que, aunque la mano del poder supremo puede observarse en la presencia de elementos como la magia, seres celestiales y campeones, el nivel más alto de creador cósmico sigue siendo un misterio filosófico. Al igual que lo que nos espera en la vida después de la muerte.

No hay una razón particular por la cual Cassiopeia estuviera obligada a tener una pasiva que le impidiera comprar botas, ya que principalmente esto se hizo para lograr un fin de jugabilidad. En este caso, la pasiva de Cassiopeia le permite tener una interacción especial con la tienda, donde esencialmente obtiene otro espacio para objetos debido a no tener que usar botas.

Básicamente, sí, hay un aspecto temático aquí (Cassiopeia no tiene pies, así que tiene sentido que no necesitara comprar botas), pero la jugabilidad fue lo que impulsó la decisión de darle esta pasiva. Si en otro personaje hubiera 1) la necesidad de una nueva pasiva, 2) un aspecto temático, y 3) una necesidad de jugabilidad correspondiente, es concebible que hiciéramos algo similar en el futuro.