La forja de Ornn
Las Llamas de la Forja de League of Legends humearon durante casi cuatro años antes de llegar a la fase de producción.
Para algunos campeones, el camino desde su concepción hasta su lanzamiento es un camino de rosas y pasan por el proceso de producción sin incidencias ni demoras. Mientras que para otros… digamos que se topan con un montón de trampas en camino y no todos los conceptos consiguen esquivarlas. Aquí tenéis la historia de uno de esos campeones: una Forja viviente cuyas llamas tuvieron que arder casi cuatro años para que pudiera llegar a la Grieta.
Una chispa y un desafío
Hace cuatro años y medio, Riot organizó un concurso interno para crear al siguiente campeón de League of Legends. Cualquiera podía presentar una propuesta; las mejores ideas se posicionarían en lo alto de la clasificación a través de un sistema de votos positivos y negativos en 1v1. Después, los diez campeones más votados quedarían asignados a un equipo de desarrollo que estudiaría la posibilidad de llevarlos a la fase de producción. Lo llamamos “¿Mola o no mola?”.
El responsable del equipo de asistencia al jugador, Rammi “DigitalRam” Mohammed, me retó a participar en el concurso y ver si era capaz de quedar entre los 10 primeros. Con mucho gusto, presenté tres propuestas de campeón. Una era penosa. Tan mala que la cifra total de votos que obtuvo era de un dígito. Hubo otra que casi supera la barrera de los 10 mejores, pero se quedó a nada. La tercera opción sobrevivió a dos semanas de intensas votaciones que terminaron confiriéndole el segundo puesto. ¿La idea? La “Forja viviente”, un guerrero que se fabrica sus propias armas.
Se convocó una reunión a la que acudirían diseñadores, artistas, programadores, escritores y yo mismo para hablar sobre qué o quién podía llegar a ser esa Forja viviente. Hasta que no apareció en mi calendario la convocatoria de reunión, no comencé a asimilar que cabía la posibilidad de que la Forja viviente recibiera la aprobación para ser el siguiente campeón de League of Legends y que, incluso, su lanzamiento se podía hacer efectivo en unos meses. Pero aplazaron la reunión y la pospusieron, y luego la aplazaron y la pospusieron otra vez, y después otra vez.
Por fin, a finales del otoño de 2013, tuvo lugar la reunión. En ella, los artistas, diseñadores y escritores dispararon preguntas a destajo: ¿Cuál es la procedencia de la Forja viviente? ¿Qué o quién es la Forja viviente? ¿Qué nos gustaría que hiciera o fuera en el juego? Y, la que pareció constituir un punto de inflexión: ¿Cómo podemos hacer que este campeón rompa los esquemas de League of Legends?
La respuesta a esto último fue: “Haciendo que sea una tienda ambulante”. A primera vista parecía algo absurdo, pero tras mucha deliberación, consolidamos la idea fundamental de que fuera un personaje de tipo herrero. La reunión del concepto inicial de la Forja viviente terminó con una dirección poco sólida sobre qué o quién podía ser y algunas ideas para su kit anotadas con las prisas. Todavía no había nada grabado a fuego, pero teníamos buenas ideas que nos permitirían seguir explorando posibilidades.
En la siguiente reunión seguimos estudiando posibilidades para la Forja viviente y llegó la primera de muchas sorpresas. Resulta que al director artístico Joshua “HUGEnFAST” Smith también se le había ocurrido un personaje de tipo similar al de la Forja viviente para el concurso; hasta había dibujado varios esbozos de lo que sería su creación.
Fusionar ambas ideas fue pan comido. Con la unión de las fuerzas de una idea que había calado, algo de trabajo artístico por pulir y el entusiasmo del equipo, todo apuntaba a que la Forja viviente estaba lista para la fase de realización del prototipo, y su posible lanzamiento apuntaba a principios de 2014.
Solo que su lanzamiento no se produjo en 2014. Ni en 2015. Ni en 2016.
El enfriamiento
En 2014, Riot empezó a reorganizar por completo el proceso de producción de campeones. Esto supuso, para los campeones que estaban en curso que, o bien proseguían, o bien se iban “al congelador” (es decir, que su producción quedaba aplazada hasta nuevo aviso). La Forja viviente, por desgracia, corrió la suerte de pertenecer a la última categoría. El nuevo procedimiento para proponer campeones implicaba asistir a una reunión mensual de propuestas, presentar tu idea y, después, una de dos: o celebrabas que había pasado la criba o te volvías a tu mesa a escribir comentarios. La Forja viviente hizo varias apariciones en los siguientes meses y cada una de esas veces había un puñado de diseñadores que mostraban interés y señalaban mejoras que incluir.
Parecía que el corpulento herrero se encaminaba lentamente hacia la línea de meta (que, técnicamente, sería la línea de salida) cuando, a mediados de 2014, surgió otro obstáculo. Resulta que ya se había planeado utilizar la idea de la “forja en el estómago” en la actualización inminente del adorable (pero peligroso) coloso no muerto.
Si embargo, esta clase de bache en el camino no era algo nuevo, o al menos no lo era en el desarrollo de campeones. En muchas ocasiones, una nueva característica o idea chula acaba funcionando muy bien en un campeón que ya está en fase de desarrollo o actualización. Los meeps de Bardo, por ejemplo, estaban relacionados en un primer momento con la idea de campeón que después dio lugar a Ivern.
Por suerte, lo único en lo que necesitábamos trabajar de la Forja viviente era en su torso, pero en el horizonte aparecía otra barrera que cortaba el paso.
Rediseño de lo ya rediseñado
Cuando 2014 llegó a su fin, re-rehicimos lo que ya habíamos rehecho y, al más puro estilo Riot, rediseñamos el proceso de diseño de campeones (aunque este es el sistema que seguimos usando hoy en día, así que a lo mejor no está tan mal revisar las cosas una segunda vez). En el sistema actual, los diseñadores planean lanzamientos entorno a un rol o estilo de juego necesario, como “matón de top”, “asesino invisible” o “pez tanque”. Esto arrojaba mucha luz sobre los siguientes lanzamientos de campeón y, además, eliminaba la necesidad de sesiones de propuestas en público. A partir de ese momento, el desarrollo de la Forja viviente dependía de que recordaran la idea y que hubiera un puesto vacante para un campeón de su tipo en el momento preciso.
El año 2015 transcurrió sin que la Forja viviente entrara en los planes. El 2016 se fue como vino, con su propia plantilla de nuevos campeones, en la que no hubo sitio para la Forja viviente. Daba la impresión de que, finalmente, se habían consumido las ascuas que mantenían viva la esperanza del desarrollo de un campeón que había suscitado interés entre los diseñadores y que se había beneficiado de un impulso inicial repentino.
Sin embargo, a finales del 2016, el equipo de campeones concibió el desarrollo de un nuevo vanguardia, pero no tenían cerrada la idea de un campeón concreto que se ajustara a esas necesidades. A League of Legends le hacía falta alguien que iniciara combates, que pasara tiempo en la calle superior y que pudiera cambiar el curso de una partida en cualquier momento. Cuando empezaron a plantearse ideas, alguien se acordó de aquel viejo amasijo de carbón que podía pulirse con facilidad para que encajara en el rol de top robusto y que podía proporcionar a todo su equipo un beneficio único. Y así, con una sola chispa, los rescoldos de la Forja viviente se reavivaron y pasó a competir contra otras dos ideas por el lanzamiento del codiciado vanguardia.
En esta ocasión, la temática, el diseño y los plazos jugaban a favor de la Forja viviente. El campeón que nació de un reto (y que sufrió años de trabas, aplazamientos y reinvenciones desde cero) ganó este último certamen de popularidad y pasó, al fin, a la verdadera fase de producción. Tras años de trabajo, lo que después sería Ornn, estaba listo para la forja.
¿Sentís curiosidad por saber qué pasó a continuación? Echadles un vistazo a las notas del desarrollo final de Ornn en su historia de la reflexión de campeón.