Hemos hablado mucho sobre cómo deberían ser los locutores de League of Legends, ya que sabemos que a los jugadores les interesan. A lo largo de los años hemos probado diversos locutores en eventos como el de Guardianas de las estrellas o el de Aguas Estancadas, y la reacción de los jugadores ha sido variada.

Hay un par de obstáculos que tenemos que superar antes de hacer que estos locutores sean permanentes. Ahora mismo estamos explorando con diferentes locutores del MSI para cada región, pero aún nos queda trabajo por hacer para entender qué gusta de este producto en el mundo entero e invertir en la infraestructura necesaria para hacerlo permanente.

No obstante, haremos más pruebas este año, así que estad atentos y contadnos lo que pensáis.

LeBlanc planteaba problemas de equilibrio antes de la actualización de los asesinos, pero también siguió planteándolos después. Durante la actualización de los asesinos le dimos algunos retoques al kit de LeBlanc con el objetivo de ralentizar el tiempo que tiene que invertir para matar y permitirle ser más perspicaz en sus engaños a cambio de algo de daño explosivo. Al revisar esa actualización, quedó claro que algunos de los cambios introdujeron mecánicas igual de negativas, como poder elegir la habilidad imitada libremente. Además, algunas de ellas también eran innecesariamente incómodas para los jugadores de LeBlanc, como la pasiva retardada de Sello de malicia.

En lugar de seguir intentando equilibrar a una LeBlanc actualizada, consideramos que era mejor, tanto para los jugadores como para el juego, volver a la pizarra de conceptos y buscar formas en las que contrarrestarla sin tener que sacrificar a la LeBlanc que sus jugadores conocen y de la que tanto disfrutan. El punto de partida fue la LeBlanc previa a la actualización, a la cual le aplicamos un intento menos disruptivo de resolver sus problemas de equilibrio: los cambios que lanzamos en la versión 8.8.

Nos estamos planteando trabajar un poco más en Lissandra, y eso probablemente implique darle una nueva pasiva y preparar algunos retoques para el resto de su kit. No obstante, esos cambios aún nos llevarán tiempo, así que hace poco mejoramos el coste de maná de su Q y el enfriamiento de su R para que se encuentre en un nivel de poder más decente mientras espera cambios más sustanciales.

Pídele que tome asiento. Dile que tienes malas noticias.

Explícale que todo comenzó en la infancia. La primera vez que jugaste al fútbol remataste el balón en la dirección contraria. Varias veces. Te dijeron que no valías para eso. Desesperado por encontrar un hobby en el que destacases, te uniste a un equipo de balón prisionero. La primera vez que la pelota te golpeó, la rabia empezó a arder dentro de ti. Era culpa de tu equipo. Da igual que tú no lo hubieses esquivado, tu equipo era malo.

El trabajo en equipo no era más que palabrería. Alterado por la idea de que el rival podría ganar, te dejaste llevar por una tormenta de emociones hasta que solo un pensamiento te vino a la cabeza. Habían dicho que no valías para eso, pero se equivocaban. Valías, y mucho. Te quedaste quieto, con una mueca de locura en la cara, pidiendo… no, ordenando al enemigo que te golpease. Y así lo hicieron. Tras la derrota, los llantos de tus compañeros de equipo se oyeron hasta en Cuenca. Se lo merecían. Eufórico, respiraste hondo por última vez como persona normal. En ese momento te uniste a las filas del grupo más anatematizado que existe, el de los jugadores habituales de Yasuo, esos cuya gloria se conoce en el mundo entero.

Cógele la mano a tu madre y dile que has encontrado un lugar en el que no necesitas ser bueno. Que has encontrado un hogar al que solo otro recluta interesado en morir a propósito puede pedir acceso.

La otra opción es ignorar la pregunta hasta que ella pierda los nervios y se vaya afk.